Éste es solo uno de los lugares abandonados en los que juegan los niños de Kabul. Trás más de 30 años de guerra, y pese a los esfuerzos de reconstrucción, algunos edificios de la ciudad siguen estando tal y como quedaron por el efecto de las bombas.
Situada en lo alto de una colina, esta piscina fue construida en los años 80 por los soviéticos, pero nunca llegó a entrar en funcionamiento porque los talibanes se apoderaron de la ciudad.

Durante varios años, los talibanes utilizaron este lugar para realizar algunas ejecuciones masivas. Se dice que subían a homosexuales y disidentes a lo alto de los trampolines y les hacían saltar sobre la piscina vacía. Cuando las tropas internacionales entraron en la ciudad en 2001, la sangre de los ejecutados aún estaba sobre el pavimento.

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